Estambul es una ciudad fascinante y mágica. Había estado en el, hoy antiguo, aeropuerto muchas veces y ese encuentro de culturas, razas, idiomas, colores, afanes, olores y más, era algo especial. A veces al aterrizar, con suerte se veían algunas de las mezquitas, el puente que une Asia y Europa y algunos minaretes y venía el sueño de visitar algún día ese lugar lleno de historia.
Recientemente la Hagia Sophia estuvo en los titulares en todo el mundo. Construida en el año 532 como catedral cristiana ortodoxa griega, convertida en mezquita 1453 y en museo en 1935, volvió a su condición de mezquita en agosto de 2020. Es una verdadera obra de arte en la que hay una energía especial. Lo que es menos conocido son las tumbas de los sultanes, que están junto y en el baptisterio, cuya historia se resume en esta crónica. Polígamos, fraticidas, guerreros y poderosos en su tiempo, cinco sultanes reposan en estas tumbas donde no están solos.
Los invito a pasear por la historia a través del enlace.