jueves, 25 de febrero de 2016

Santa Lucia, el sabor del Caribe


Después de mi primera visita a Eritrea, al lado de Etiopía de donde llegaron los rastafaries. El rollo de los rastafari es que son los seguidores del emperador de Etiopía Haile Selassie I, Pero el Caribe es mucho más, es alegría, es magia, es un cuento genia.
Esta crónica relata mi visita a esta isla que fue corta pero muy divertida, desde el vendedor de cocos hasta la fuente de la eterna juventud... todo en San Lucha.
Para ver el enlace pinchar:




miércoles, 24 de febrero de 2016

Karibu in Tanzania

Karibu en Suahili quiere decir bienvenido. Mi primera visita a esta fascinante país del este del África fue toda una enseñanza. Desde conocer algo de los Massai, saber del Suahili y que la hora está corrida 6 horas atrás pues el día empieza con la salida del sol son algunas de las experiencias que relato en esta crónica.
Para ver la crónica con fotos pinchar el enlace:




Eritrea III - Cementerio 2a guerra y fábrica de trenes


En Agosto de 2014 volví a volver a Eritrea, ésta vez pude entrar al cementerio de la Segunda Guerra Mundial y enterarme de muchos secretos escritos en forma de epitafio, una visita a la historia de los ferrocarriles y más. La visita terminó compartiendo la celebra de una cantidad de veteranos, más de uno minusválido en una especie de discoteca de la que no se como pero salí caminando.
La crónica con fotos se puede encontrar en el enlace:

Eritrea III

Eritrea II: La reconquista - Marzo 2012

Volví a Eritrea un año después, en marzo de 2012. Esta vez tuve varias anécdotas que gracias a dios no pasaron de ser anécdotas. Visité una ciudad al lado del mar Rojo y un cementerio inglés de la segunda guerra mundial. Es un país super interesante y la crónica tiene de todo.
Esta es la segunda crónica de Eritrea, vale la pena leer la primera.
Para verla pinchar el enclace:




Para mi tumba - Alejandro A. Flórez


Esta la considero mi mejor crónica de todas. Es una historia verídica que me sucedió entre junio y julio de 2015. La historia empieza con la lápida de la tumba de Alejandro A. Flórez que era mi bisabuelo, el papá de la mamá de mi papá.  La losa sin tumba reposa en un museo de arte religioso. ¿Cómo llegó allí?  ¿Por qué no está en su tumba? ¿Dónde está la tumba? ¿Quién era ese poeta, dramaturgo, escritor y periodista, entre otras, que murió en febrero de 1901?
Es una historia fascinante que he seguido investigando en los documentos que heredé de su defensa, lo más fácil es decir que era hermano de Julio Flórez, el famoso poeta. 
Solo transcribo el poema que está escrito en su lápida... todo está plasmado en la crónica


Febrero 13 de 1901.

PARA MI TUMBA
VERSOS QUE SUPLICO SE GRABEN EN LA LOSA DE MI SEPULCRO


Oh, hijitas de mi amor! Oh, Julia mía!
Oh, amigos! Oh, damas! Oh, poetas!
Cuando lleguéis a mi sepulcro un día
traédme flores, pero no tarjetas.

¿Acaso el que en un féretro reposa
dentro la tumba helada, necesita,
que el nombre le dejéis sobre la losa
para saber quién hace la visita?

¿Do están de la tarjeta los motivos?
¿Tiene los ojos el difunto abiertos?
¡Con los ojos del cuerpo ven los vivos!
¡Con los ojos del alma ven los muertos!
                                                       
Cuál grita la razón esplendorosa
que en este mundo del sarcasmo hiriente
tarjeta que se exhibe en una losa
señala el nombre de quien poco siente.

Si es un extraño el visitante, leo:
“Dadme las gracias, deudos, que aquí estuve”.
Si no es extraño, en el instante veo:
“Miradme sociedad, por aquí anduve”.

Afirmo con dolor grande y profundo
que las tarjetas en la losa inerte,
son sólo vanidad para ante el mundo
y espantosa ironía ante la muerte.

Nada, al que llora en el balcón, le aflige;
al que sufre en verdad nadie le nombra,
porque el dolor del alma siempre exige
silencio, soledad, secreto y sombra.

Transeúntes llegad: Cómo me alegro
al deciros aquí en el Camposanto
que el colorido del dolor es negro
y que la tinta del dolor es llanto!

Tarjetas de panteón, me causáis pasmo,
porque éste ha sido mi constante lema:
nombre escrito con tinta es un sarcasmo,
nombre escrito con llanto es un poema!

Mas como el llanto del dolor no pinta
sino manchas de amor y desconsuelo,
Dios, por ser Dios, lee bien en esa tinta
y abre al llorado la mansión del Cielo.

Enero de 1901

Alejandro A. Flórez